El pasado miércoles 6 de marzo la Izquierda Socialista Cordobesa (encabezada por la legisladora Liliana Olivero) difundió una carta en la que se exhorta al "Partido Obrero y demás organizaciones de izquierda" a presentar un único candidato presidencial en las elecciones que se llevarán a cabo a nivel nacional el próximo mes de octubre. La misiva considera necesaria la «unidad ante la posibilidad de que se proscriba a la izquierda de las presidenciales», debido a la reforma política. La mencionada exhortación propone además una unidad programática y que el candidato presidencial «de un posible frente» pertenezca al partido obrero para luego repartir el resto de las candidaturas de manera «equilibrada».
En la Foto Jorge Altamira, referente del PO propuesto como presidenciable por la Izquierda Socialista
A continuación reproducimos el documento completo:
Por un candidato presidencial único de la izquierda
Consideramos que la izquierda debe presentar un candidato presidencial único. Llamado que hacemos, en primer lugar, a los compañeros del PO, del PTS y Nuevo MAS -con quienes conformamos frentes de izquierda en anteriores oportunidades- y demás organizaciones de izquierda. El MST tomó otro camino, integrándose a otra variante de centroizquierda, Proyecto Sur.
La unidad es necesaria para enfrentar a los candidatos del gobierno, de la oposición patronal y de la centroizquierda. Cristina muestra las “bondades” de su modelo, basado en un crecimiento para los grandes empresarios y multinacionales, destinando las reservas para pagar deuda externa y subsidiar a las patronales. La oposición –Macri, Alfonsín, Duhalde, Carrió, De Narváez y los gobernadores-, si bien critican al oficialismo, coinciden en mantener las privatizaciones, el saqueo de los recursos naturales y los pagos fraudulentos de la deuda externa. Pino Solanas, quien dice encarnar una alternativa al bipartidismo, teje alianzas con el juecismo y llama a unirse con Binner, quienes, donde gobernaron, lo hicieron de la misma forma que el PJ y la UCR.
Siempre fue importante la unidad. Mucho más ahora, ante la posibilidad cierta de que se proscriba a la izquierda de las presidenciales. La antidemocrática reforma política aprobada por Cristina y la UCR ha hecho caducar las personerías jurídicas de los partidos de izquierda, obligándolos a juntar miles de afiliaciones con enormes trabas. Por más que logremos conquistar nuevamente las personerías nacionales (como lo estamos intentando con grandes posibilidades PO, PTS y nuestro partido), con las tramposas internas obligatorias del 14 de agosto quieren impedir que se presente todo partido que no obtenga en las mismas el 1,5% del total de votantes (350.000 sufragios), con el objetivo de que queden sólo 3 o 4 variantes patronales.
Si no se da un frente entre las organizaciones que nos reclamamos de la izquierda combativa, existe la posibilidad que ninguno de nuestros partidos se pueda presentar a las presidenciales. Si nos unimos, podemos dar mejor pelea para lograrlo.
Un frente se hace, en primer lugar, con un programa. Para acordarlo, no debería haber dificultades, ya que para los 24 de Marzo, aniversarios del Argentinazo y los primeros de Mayo se han plasmado documentos políticos comunes.
Segundo, hace falta acuerdos sobre las candidaturas. Por nuestra parte, y para facilitar la unidad, proponemos que el candidato a presidente de un posible frente sea del Partido Obrero (Altamira, Pitrola o quien PO designe). Y desde allí ubicar el resto de las candidaturas, las cuales deberán ser repartidas en forma equilibrada para que todas las fuerzas estén representadas. Priorizando llegar a un acuerdo. Si surgen diferencias, se puede apelar a mecanismos democráticos. Si hay voluntad política, nada tiene que impedir la unidad.
Que haya un candidato presidencial único de la izquierda alentaría a que un sector de trabajadores que participaron en las principales luchas y del sindicalismo combativo, se sumen a las listas y lleven las propuestas y candidatos del frente a los lugares de trabajo, estudio, barrio y lugares públicos. Hacer una campaña común fortalecería la enorme pelea que tenemos por delante contra los partidos patronales apoyados por la burocracia sindical.
La izquierda -más allá de sus diferencias que no se pueden ni deben ocultar-, viene ocupando un importante espacio en el sindicalismo combativo -ganando o influenciando comisiones internas, cuerpos de delegados y seccionales-; en los barrios; entre el movimiento de mujeres y en las luchas estudiantiles. “¿Si la izquierda se une en las luchas, por qué no hace lo mismo en las elecciones?”, se preguntan miles de trabajadores. A eso queremos responder con esta carta.
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